Algunas
reflexiones rápidas (nada de análisis sesudos) de los resultados de las
elecciones generales:
1) La prepotencia,
la superioridad moral, las exigencias, la cal viva, el doble NO a un candidato
de izquierdas para echar a Rajoy de La Moncloa y la cínica mano tendida
posterior, las sonrisas del sorpasso que no fue, la sorpresa porque Unidos y
Unidas No Pudieron. El resultado del PSOE no es (muy) malo, porque ha conseguido aguantar el tirón y prácticamente no moverse de la marca electoral del pasado diciembre. Aún así, y a pesar de que las encuestas y perspectivas puedan darle un lustre algo positivo, el resultado del PSOE no es bueno, porque pierde algunos votos, 5 diputados y, especialmente, no consigue el que tendría que ser su objetivo principal (superar al PP y echarlo de La Moncloa).
2) Y hasta aquí las sonrisas, porque el resultado global es muy malo. El Partido Popular ha conseguido mejorar sus resultados de diciembre, sumando 700.000 votos y 14 escaños, gracias al desplome de Ciudadanos. A pesar de la corrupción y de cargarse la separación de poderes, el PP ha mejorado su posición y animado sus aspiraciones de seguir liderando el Gobierno de España.
El resultado global es malo, y como muestra las sumas siguientes: el bloque PP+C’s ha aumentado, quedándose a 7 diputados de la mayoría absoluta (en diciembre quedaron a 13), y el bloque PSOE+UP, que en diciembre se quedó a 15 diputados de la mayoría absoluta, ahora está a 20 escaños de diferencia. Es decir que el resultado del paso atrás de Rajoy y el paso al frente de Pedro Sánchez, de las negociaciones y de los dos intentos fallidos de investidura es que la derecha está mejor que en diciembre.
2) Y hasta aquí las sonrisas, porque el resultado global es muy malo. El Partido Popular ha conseguido mejorar sus resultados de diciembre, sumando 700.000 votos y 14 escaños, gracias al desplome de Ciudadanos. A pesar de la corrupción y de cargarse la separación de poderes, el PP ha mejorado su posición y animado sus aspiraciones de seguir liderando el Gobierno de España.
El resultado global es malo, y como muestra las sumas siguientes: el bloque PP+C’s ha aumentado, quedándose a 7 diputados de la mayoría absoluta (en diciembre quedaron a 13), y el bloque PSOE+UP, que en diciembre se quedó a 15 diputados de la mayoría absoluta, ahora está a 20 escaños de diferencia. Es decir que el resultado del paso atrás de Rajoy y el paso al frente de Pedro Sánchez, de las negociaciones y de los dos intentos fallidos de investidura es que la derecha está mejor que en diciembre.
#20D
|
#26J
|
|
PP+Ciudadanos
|
163
|
169
|
PSOE+Unidos Podemos
(#20D: Podemos+IU)
|
161
|
156
|
PSOE+UP+C’s
(#20D: Podemos+IU)
|
201
|
188
|
3) Aunque los resultados hacen pensar en un día de la marmota, la realidad es que no hay “gatopardismo” electoral: la derecha ha reforzados sus posibilidades de seguir gobernando este país. Así que los posibles pactos son aún más complejos que hace unos meses; esto no lo arregla ni el “pactómetro” de Ferreras ni el “pacteclosques” de TV3.
Ante la sombra de la Gran Coalición, opción que el PSOE no puede escoger si quiere seguir siendo la primera fuerza de la izquierda en este país, y la posibilidad de un pacto PSOE, Unidos Podemos, ERC y Bildu imposible (suman 167; sería necesario el voto a favor del PNV y la abstención de CDC, o viceversa, para superar los 169 de PP y C’s. Dudo que Bildu apoyara al PSOSE, que directamente no buscará su apoyo. Para ERC y CDC el referéndum será una condición aún más dura que en las anteriores negociaciones y el PSOE seguirá sin pedirles su apoyo), veo dos opciones de pactos:
- O se intenta un tripartito PSOE, Unidos Podemos (y confluencias) y Ciudadanos (o, como apunta Roger Senserrich, un pacto con PSOE, UP, PNV y Coalición Canaria a favor y la abstención de Ciudadanos) en base a un pacto de mínimos progresista y de regeneración desde la Moncloa y el Congreso y con un Senado del PP en contra (cero posibilidades de reformas constitucionales), opción que no tuvo éxito hace unos meses.
- O el Partido Popular y Ciudadanos se tendrán que buscar la vida para investir un Presidente y formar Gobierno. Ante esta opción el PSOE tendría que mantenerse firme: voto en contra de cualquier candidato a la Presidencia del Gobierno propuesto por el PP. Y no “olvidarse” de consultar a la militancia la posición ante los pactos, por supuesto.
4) Y una
última reflexión. En democracia los ciudadanos y ciudadanas que votan deciden. Obviamente
no todo el mundo puede estar contento, y después de cuatro años de Gobierno del
PP y con una necesidad urgente de políticas sociales, de mejorar nuestra
democracia y de reformar el sistema es duro (jode mucho, vamos) ver como las opciones que lo
planteaban, aún dentro de un amplio espectro y con sus diferencias, fracasan
y el Partido Popular sobrevive. Los partidos que se presentaban como una
alternativa al PP tienen que analizar bien los resultados y reflexionar, porque
no han sido capaces de conseguir sus objetivos: ganarle la partida a Mariano Rajoy.
Y ante esta situación el discurso independentista se ve reforzado: “Espanya no vol canviar, marxem”. Bueno. Parece que el Procés volverá a coger fuerzas (supongo que la CUP dará apoyo a Puigdemont sin demasiados problemas en septiembre) y es obvio que, de momento, las propuestas reformistas (federalistas, plurinacionales, etc.) no tienen suficiente apoyo electoral ni parlamentario como para hacerse realidad. Estamos en una situación de bloqueo: ni la reforma federal del PSOE ni el estado plurinacional de Unidos Podemos son posibles; tampoco lo es el referéndum del que habla En Comú Podem, ni la propuesta del PSC (reforma CE y referéndum y si sale NO en Cataluña, hacer una ley de claridad como en Canadá y referéndum de independencia).
Y ante esta situación el discurso independentista se ve reforzado: “Espanya no vol canviar, marxem”. Bueno. Parece que el Procés volverá a coger fuerzas (supongo que la CUP dará apoyo a Puigdemont sin demasiados problemas en septiembre) y es obvio que, de momento, las propuestas reformistas (federalistas, plurinacionales, etc.) no tienen suficiente apoyo electoral ni parlamentario como para hacerse realidad. Estamos en una situación de bloqueo: ni la reforma federal del PSOE ni el estado plurinacional de Unidos Podemos son posibles; tampoco lo es el referéndum del que habla En Comú Podem, ni la propuesta del PSC (reforma CE y referéndum y si sale NO en Cataluña, hacer una ley de claridad como en Canadá y referéndum de independencia).
Pero eso no hace más factible la independencia de Cataluña: en los términos en los que se ha planteado hasta ahora sigue siendo imposible. Los resultados de las elecciones pueden dar aire al discurso oficial del “Procés”, pero sus planteamientos de (falsa) desobediencia al Estado seguiran siendo humo. Así que tendrán que decidir: o abandonan (porque ya dura demasiado la tomadura de pelo) u optan por una vía realmente unilateral con todas las consecuencias que acarrea una opción así.
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada